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Publicado: Sábado, 07 Enero 2017 14:17
Escrito por Rectoria

 

 

consejos para volver a estudiar después de muchos años

 

Estudiar a partir de los 35 años es cada vez más frecuente. Esta realidad tiene como principales motivos la revolución tecnológica y la entrada de lleno en la era digital. El cambio de paradigma ha afectado prácticamente a todos los sectores de la sociedad y ha incentivado la necesidad de aprender y reaprender para mantenerse al día, conectando con las tendencias más actuales.

REENCAUZA TU VIDA PROFESIONAL CON UNA TITULACIÓN

No hace tantos años, estudiar se asociaba, casi en exclusiva, con la juventud. Matricularse en la universidad a los 30 parecía un despropósito. Sin embargo, en un mundo de cambio constante, cada vez son más las personas que deciden reencauzar su vida profesional con una titulación oficial que les proporcione herramientas en ámbitos esenciales y, a su vez, les permita acceder con garantías al mercado laboral.

Los beneficios del regreso a los estudios y la formación son amplios a cualquier edad. En primer lugar, es obvio que el alumno inicia un ciclo de aprendizaje en el cual adquiere nuevos conocimientos. Éste, le permite formarse de manera más óptima para un empleo a la vez que mejoran sus posibilidades de promoción laboral. Sumergirse en un entorno estudiantil pasada la treintena, además, es una buena oportunidad para hacer nuevas amistades con las que crecer e enriquecerse personalmente. La clase implica no solo entrar en contacto con futuros amigos, sino también con profesores o profesionales con experiencia y, probablemente, con contactos en diferentes sectores industriales.

Retomar los estudios es una garantía a medio y largo plazo. Ampliar conocimientos es la mejor decisión si buscas dar un giro de 180 grados a tu carrera profesional. Hallar nuevos horizontes o alcanzar un eslabón laboral superior frecuentemente pasa por disponer de conocimientos actualizados y, en consecuencia, de competencias profesionales notables. ¡Ahora ya no hay excusas!

Si antes muchos no volvían a estudiar por el alto coste de los libros y los materiales complementarios, en la actualidad, un buen número de documentos académicos o de carácter formativo han adquirido un formato audiovisual disponible permanentemente en la red o se desarrollan dentro de archivos y documentos fácilmente descargables.

Estudiar en la edad adulta es una inversión de futuro, aunque tiene algunos inconvenientes al principio, como la dificultad para superar la falta del hábito de estudio que se ha ido perdiendo con el paso de los años. Otro reto puede ser la organización de los horarios y el tiempo de dedicación a las tareas. Un obstáculo fácilmente superable a partir de la cada vez mayor oferta de cursos flexibles que combinan sesiones presenciales con actividades o tests que pueden llevarse a cabo online.

A su vez, y de acuerdo con la opinión generalizada entre los expertos, los cerebros adultos son capaces de identificar de manera más rápida las ideas centrales de un tema. Así pues, con el paso del tiempo, las habilidades para analizar, interpretar y resolver problemas mejoran, lo que facilita entender con mayor claridad los ámbitos de estudio. Además, el estudiante adulto suele estar mucho más motivado ya que, en un número amplio de casos, pretende mejorar su calidad de vida, augmentar la satisfacción laboral y ganar tiempo para compartir con los suyos. Estos alicientes estimulan su aprendizaje.

Otra ventaja son las experiencias vitales. Representan, sin duda, un punto de apoyo para los estudiantes a la hora de comprender e interpretar acertadamente lo aprendido y, paralelamente, disponer de elementos prácticos para relacionarlo con los aspectos teóricos expuestos en el aula.

Finalmente, cabe destacar que los estudiantes adultos están más orientados a resultados y disponen de poco tiempo para estudiar. Aunque no lo parezca, este aspecto se convierte en una ventaja ya que las personas rinden mejor cuando disponen de plazos bien acotados y poco tiempo para terminar sus tareas. Así que, ¡no dudes más y empieza a reencauzar tu vida profesional!

Si aún no sabes por qué estudios decantarte, échale un vistazo a la Oferta educativa que te hacemos.
Estudiar en la edad adulta es una inversión de futuro, aunque tiene algunos inconvenientes al principio, como la dificultad para superar la falta del hábito de estudio que se ha ido perdiendo con el paso de los años. Otro reto puede ser la organización de los horarios y el tiempo de dedicación a las tareas. Un obstáculo fácilmente superable a partir de la cada vez mayor oferta de cursos flexibles que combinan sesiones presenciales con actividades o tests que pueden llevarse a cabo online.

A su vez, y de acuerdo con la opinión generalizada entre los expertos, los cerebros adultos son capaces de identificar de manera más rápida las ideas centrales de un tema. Así pues, con el paso del tiempo, las habilidades para analizar, interpretar y resolver problemas mejoran, lo que facilita entender con mayor claridad los ámbitos de estudio. Además, el estudiante adulto suele estar mucho más motivado ya que, en un número amplio de casos, pretende mejorar su calidad de vida, augmentar la satisfacción laboral y ganar tiempo para compartir con los suyos. Estos alicientes estimulan su aprendizaje.

Otra ventaja son las experiencias vitales. Representan, sin duda, un punto de apoyo para los estudiantes a la hora de comprender e interpretar acertadamente lo aprendido y, paralelamente, disponer de elementos prácticos para relacionarlo con los aspectos teóricos expuestos en el aula.

Finalmente, cabe destacar que los estudiantes adultos están más orientados a resultados y disponen de poco tiempo para estudiar. Aunque no lo parezca, este aspecto se convierte en una ventaja ya que las personas rinden mejor cuando disponen de plazos bien acotados y poco tiempo para terminar sus tareas. Así que, ¡no dudes más y empieza a reencauzar tu vida profesional!

Si aún no sabes por qué estudios decantarte, échale un vistazo a la Oferta educativa que te hacemos.

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